"LAS MUJERES HAN SIDO VÍCTIMAS, Y DE QUÉ MANERA, PERO TAMBIÉN PUEDEN Y DEBEN SER PROTAGONISTAS DE LA SOLUCIÓN"
Después
del anuncio del presidente Juan Manuel Santos, a cerca de la participación del
sexo femenino en el posible acuerdo de paz, con las FARC. Son muchas las dudas,
reflexiones y comentarios que se tejen, por parte de la población civil
colombiana.
Sin
lugar a dudas, las mujeres en Colombia son quizá la población más vulnerable y
la que ha padecido con más fuerza
el tema de la guerra. Ellas, representadas en la que quizá, sea la muestra
encarnada de la perfección terrenal -es decir la MADRE- han sufrido con
exacerbada frecuencia las secuelas de un conflicto que trasciende la vida
social y política de todo un país.
Entendemos
por violencia sociopolítica, los acontecimientos que desatan atentados contra
la vida y la integridad personal, originados por el exceso del poder o la
fuerza de agentes del Estado, derivados de motivaciones políticas, de la
discriminación hacía personas socialmente marginadas o los causados por el
conflicto armado interno.
Las
violaciones al derecho a la vida, la integridad personal y la libertad en el
contexto de violencia y de conflicto armado interno, no son hechos aislados.
Por el contrario, dichas vulneraciones se vienen ejecutando desde tiempos de
antaño, bajo patrones y características similares que evidencian que dentro de
las políticas de acción de los grupos responsables (Fuerza Pública, grupos
paramilitares y grupos guerrilleros) están contemplados los ataques a la población
civil.
Derecho
a la Vida
Continua
siendo grave la situación de los Derechos Humanos (DDHH) y el Derecho
Internacional Humanitario (DIH) en el país. Investigaciones acerca del tema,
comentan que no han cesado las prácticas de muerte, ya sean extrajudiciales y/o
guerrilleras.
Para
traer a colación, sólo en el periodo comprendido entre julio de 2007 y junio
2008 se registró que por los menos 1.470 personas perdieron la vida fuera de
combate (Es decir, en su casa, en la calle o en el lugar laboral) a causa de la
violencia en Colombia. Del total
de víctimas, 1334 fueron por homicidio, 50 de las cuales fueron inicialmente
desaparecidas forzosamente y encontradas posteriormente asesinadas.
No
obstante, 126 más fueron desaparecidas forzosamente sin que hayan sido
encontradas (para un total de 176 personas desaparecidas forzosamente). Cabe resaltar, que del total de las víctimas, 61 eran niños y 105
eran mujeres -de los 46 casos en los que se conoce la edad, 10 eran niñas y 12
eran jóvenes- niñas. En los casos en los que se conoce el presunto autor
genérico de las violaciones (913 víctimas), el 82,80% de los casos se
atribuyeron a responsabilidad del Estado: por perpetración directa de agentes
estatales, el 32,42% (296 víctimas); y por tolerancia o apoyo a las violaciones
cometidas por paramilitares el 50,38% (460 víctimas). A las guerrillas se les
atribuyó la autoría del 17,20% de los casos (157 víctimas)[1]
Estos
números una vez más, dan muestra fehaciente de las diversas formas de violencia
contra las mujeres y niñas del País, en un contexto de conflicto armado y
violencia sociopolítica. Sin embargo, es importante resaltar, que estos hechos
atroces, se dieron en el marco de la “Defensa y Seguridad Democrática” del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en el cuál el hoy presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, actuó como cabeza titular del Ministerio de
Defensa y él mismo respaldó embarazosas violaciones a los Derechos Humanos y al
Derecho Internacional Humanitario.
Violencia Sistemática
Por mi parte, éste escrito no aporta nada nuevo en lo que concierne a estadísticas. Lo que si pretende claramente es confirmar que en el periodo anterior del actual presidente de la República de Colombia, como Ministro de Defensa; se llevaron a cabo, quizás las más tortuosas prácticas de violencia contra las mujeres –Adultas, Jóvenes, niñas- traspasando por la violencia sexual hasta terminar en la muerte súbita.
Por mi parte, éste escrito no aporta nada nuevo en lo que concierne a estadísticas. Lo que si pretende claramente es confirmar que en el periodo anterior del actual presidente de la República de Colombia, como Ministro de Defensa; se llevaron a cabo, quizás las más tortuosas prácticas de violencia contra las mujeres –Adultas, Jóvenes, niñas- traspasando por la violencia sexual hasta terminar en la muerte súbita.
Esto
no es nada, para lo que pasó. Solo es un recuento de la historia ya vivida. Sin
embargo recae en el País Nacional, el que éstas prácticas no vuelvan a suceder.
La conciencia es fundamental para entender que la esperanza nunca se pierde y que la lucha por la Justicia Social, hoy por hoy es más latente que cualquier
cosa.
Por
tal medida, esta reflexión en conjunto con las que se ha realizado
anteriormente, confirma que la violencia contra las mujeres en Colombia es
delicada, sistemática, generalizada y que actualmente permanece bajo el amparo
de la impunidad.
Es
decir, el Estado colombiano ha hecho caso omiso con las recomendaciones
emitidas por los Defensores de Derechos Humanos, Organizaciones no gubernamentales y Relatores Especiales de las Naciones Unidas sobre la Violencia
contra las Mujeres. Por tal razón, mi análisis solicita al País Nacional
–encabezado por las mujeres- una pronta participación ciudadana para corroborar
la realidad actual que atraviesa la mujer no sólo en la esfera pública sino
también en la privada.
[1] IX informe sobre violencia sociopolítica contra
mujeres, jóvenes y niñas en Colombia. Mesa de trabajo Mujer y Conflicto Armado
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