Colombia es uno de los países del continente caracterizado por los
más altos índices de malnutrición. El no consumo de alimentos ricos en calcio y
vitamina A y E, uno de los principales factores que generan dificultades y
problemas en la alimentación de mujeres y niños.
A la hora
de mercar surgen diversas preguntas: ¿Qué debo consumir? ¿Cuál es la mejor forma
de alimentarme? ¿Con esta adquisición estoy haciendo una elección correcta? Estos
interrogantes no tienen una sola respuesta, teniendo en cuenta que en Colombia
es latente el alto porcentaje de población malnutrida, ya sea por falta o
exceso de peso.
Y esto lo
demuestra la
Encuesta Nacional de la Situación Nutricional
en Colombia (ENSIN), una encuesta dirigida por el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar –ICBF-, en convenio con el Ministerio de la Protección Social ,
El Instituto Nacional de Salud y Profamilia, con el apoyo de la Asociación de
Facultades de Nutrición y Dietética (ACOFANUD), Coldeportes, Dane, OPS, PMA Y
OIM, que incluyó a población colombiana entre 0 y 64 años de edad y se realizó en
50.670 hogares donde se aplicó en 2010 la Encuesta Nacional
de Demografía y Salud, un estudio que se distribuyó en 258 municipios de los 32
departamentos del País y la
Capital.
A modo de
conclusión, lo que ultima el estudio es la implícita insuficiencia de vitamina
E en la población colombiana, derivada del exiguo consumo de espinacas,
brócoli, cereales, espárragos pero también de calcio, concretamente de productos
lácteos, que inciden igualmente en la deficiencia de la vitamina E. Esta última,
el mejor antioxidante de la superficie celular fundamental para el
almacenamiento de la vitamina A.
No
obstante, ¿qué alimentos poseen éstos nutrientes? “Lo ideal, es incluir en la
dieta alimenticia por lo menos dos veces al día leche y/o sus derivados -queso,
yogurt, kumis entre otros-, especialmente por el soporte de calcio y vitamina E
que estos contienen. Es de saber que algunas personas no toleran la leche, para
eso es importante consumir lácteos bajos en grasa o deslactosados, de acuerdo a
la necesidad de cada persona” comenta Claudia Angarita, experta en el tema.
Comer bien
y manejar una dieta balanceada, es quizá una de las predisposiciones más
difíciles para muchas personas. ¿La razón? Siempre que percibimos algún
alimento exquisito caracterizado por su olor, sabor y textura, caemos rendidos
sin contemplar las consecuencias que este puede traer al organismo -sean
beneficiosas o perjudiciales- sencillamente por saciar el gusto de comer algo
delicioso.
De hecho,
el ejemplo puntual en este caso es la etapa del embarazo. ¿Por qué? “Es sabido
que en esta etapa las mujeres desean comer varios alimentos, entre ellos
algunos que no aportan los nutrientes necesarios para el organismo y lo que es
peor, los nutrimentos para la persona que viene en camino. Por esta razón, un grupo
importante de alimentos en esta dieta, son las frutas y las verduras. Según el
estudio, se ha visto que alrededor del 70% de la población no está consumiendo
las porciones correspondientes de frutas y alrededor del 90% no consume las
porciones de verduras al día. Algo que hace que haya una deficiencia en la
vitamina A y de todas las vitaminas, pero también de antioxidantes” afirma
Angarita. ¿Recomendaciones? Incluir y consumir dentro de la alimentación diaria,
tres porciones de fruta y dos porciones de verdura.
¿Por qué tener en la despensa, alimentos para mejorar la Condición Nutricional?
En la
despensa, otro de los productos poco consumidos son los frutos secos,
especialmente nueces, avellanas, maní y almendras. “Alimentos muy energéticos,
ricos en grasas, que le brindan al organismo varios beneficios -entre ellos
evitar enfermedades degenerativas como el cáncer- gracias a su contenido en
ácido oleico y linoleico, que influyen directamente en el control del
colesterol, la circulación sanguínea y la salud del corazón. Es decir,
alimentos que brindan vitamina E y B, fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio
y que son muy ricos en calcio, hasta el punto en que pueden sustituir a la
leche, sobre todo para aquellas personas con intolerancia a la lactosa. ¿La preocupación?
No están siendo vigorosamente consumidos por los colombianos, inclusive dada su
facilidad de adquisición, pues son económicos. En pocas palabras, incluir una
porción al día de 15 a
25 gramos
de frutos secos, obtendríamos muchos beneficios gracias a sus ácidos
monoinsaturados” comenta la experta.
Otro
producto que no puede quedar por fuera, es el correspondiente a los cereales,
entre los que están el pan, avena, arroz, cebada y maíz entre otros. “Hoy por
hoy, el pan viene enriquecido con un aporte importante de calcio y de vitamina
A. Entonces la recomendación es que este producto se consuma día a día, pues
así va ayudar al aporte de este nutriente. No obstante, otro grupo importante
son los aceites vegetales, que aportan ácidos grasos esenciales y omega 3. Estos
ayudan al crecimiento y desarrollo de los niños y en los adultos evita o
disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares” puntualiza Angarita.
Dentro de
los aceites a consumir está, aceite de soya, canola y girasol. ¿El objetivo? Tratar de consumir alguno de ellos con más
constancia, pero también incluir carnes blancas entre ellas el pescado,
alimento fundamental en la alimentación balanceada que no puede quedar por
fuera de la canasta familiar, pues es rico en omega 3. A la par, otro grupo
importante en la nutrición, es aquel que aporta proteínas. “En la alimentación
es importante incluir dos o tres porciones de ésta en el día. Carne –baja en
grasa-, pollo y huevos” comenta.
En las leguminosas:
lentejas, garbanzos, frijoles, arvejas entre otras, lo importante es incluirlas
en la dieta al menos dos veces a la semana. Igualmente -tratando de limitar-
utilizar pequeñas cantidades de azúcar, “porque lo que se está viendo es que se
está consumiendo alimentos de alta densidad calórica pero de poco aporte
nutricional, es decir, comemos gran cantidad calorías, pero estas no aportan nutrimentos
como la vitamina A, E y Calcio, afirma la experta.
En este
sentido, existen muchas alternativas y caminos para tener una excelente
alimentación. Sin embargo, una dieta balanceada, rica en proteínas y frutas y
verduras, combinada con una rutina de ejercicios, que se recomienda sea de 150
minutos a la semana, contribuiría no solo estar bien nutrido, sino a sentirse perfectamente
y lo que es mejor, saludablemente.
Consejos a la Hora de Comer
Resumidas
cuentas tenemos dos problemas. Uno es claramente la inseguridad alimentaria, es
decir no consumimos los alimentos que necesitamos y no estamos consumiendo la
cantidad idónea que necesita el organismo diariamente. A parte de eso, somos
una población sedentaria y tenemos malos hábitos en relación con la
alimentación, un ejemplo es que no asignamos las 5 comidas al día, solo comemos
3 o 2 comidas. “Entonces una de las recomendaciones es tratar de consumir las 5
comidas. Lo otro es que estamos involucrando la ingesta de comida, con nuestro
tiempo de trabajo, a veces almorzamos y trabajamos al mismo tiempo. Lo ideal es
tratar de no hacer otra actividad mientras estamos comiendo sino por el
contrario, volver la actividad de comer un acto consiente” dice Angarita.
El otro
problema es que estamos tomando muy poco líquido. Se dice que este consejo de
tomar 8 vasos de agua al día, puede ser el producto de una mala interpretación.
Stanley Goldfarb, un médico y profesor de medicina de la Universidad de
Pensilvania en Filadelfia lo resumió así: “No hay una evidencia clara de los
beneficios de tomar mucha agua”, y agregó: “Tampoco hay una evidencia de que no
tenga beneficios”. Es decir, aún no hay nada científico que compruebe ninguna
de las dos teorías.
Entonces,
groso modo, ¿cuánta agua debo tomar al día? Para comprender bien, hay que
primero detenerse a analizar la importancia del agua en nuestro organismo. Este
líquido es el principal componente químico de nuestro cuerpo y representa cerca
del 60% del peso corporal. Cada célula y sistema del organismo depende del
agua: ya sea para transportar nutrientes, eliminar toxinas o para mantener
hidratados ciertos órganos y tejidos. Sin agua, hay sed, y esta última es la
señal de que el cuerpo se está deshidratando, es decir, que está perdiendo el
agua que necesita para poder cumplir con todas las funciones vitales.
Por otro
lado, estamos manejando altos niveles de estrés. “Entonces lo ideal es asignar
diariamente 15 o 20 minutos a ejercicio de relajación y disminución del estrés,
pues todo eso finalmente incide en el metabolismo y por eso es que tenemos en
el momento problemas como enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades
cardiovasculares, producto de la combinación de todos estos malos hábitos”
explica Angarita
Debemos procurar
que nuestra alimentación sea basada en nuestra cultura y disponibilidad,
volverlo un acto conciente. Lo ideal es consumir los alimentos -5 veces al día-
cada tres o cada cuatro horas. Lo ideal es, poniendo un ejemplo, si desayuno a
las 7 de la mañana, más o menos a las 10 debo estar comiendo algo; mas o menos
a la 12 del medio día o 1 de la tarde ya debo estar almorzando; a las 4 de la
tarde tomar un refrigerio y a la 7 o 7:30 de la noche la cena. En esta última, la
recomendación es consumir alimentos un poco más livianos, que tengan más fibra
y que no tengan adición de grasa.
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