Apostándole al Largometraje
Para los
directores, el cortometraje es el escenario idóneo en donde comienza un camino
de experimentación, lenguaje, estética y formas de narrar cinematográficamente.
Sin embargo, la aspiración en general, es apostarle al largometraje.
Para tener un contexto de cómo funciona el tema del
cortometraje, lo primero que hay que entender es que el corto es de alguna
forma el lugar en donde comienzan muchas de las pruebas de los directores que
posteriormente realizan largometrajes. Al ser un espacio de pruebas, se
convierte en un lugar caracterizado por tener muchas dimensiones para
experimentar. Es decir, no se le puede llamar industria del cortometraje sino
más bien, las bases de la industria cinematográfica en general.
Llamarlo industria del cortometraje es complicado. ¿La
razón? Es un producto que presenta muchas dificultades para ser vendido. El
corto, por así decirlo, es mas el escenario en donde se juega en términos de
ubicación de talentos. “Es un espacio en donde los directores empiezan a probar
su lenguaje, su estética y sus formas de narrar cinematográficamente para
posteriormente, llegar a la industria audiovisual en general. Sin embargo, hay
muchos directores de cortos que no se dedican al cine sino que llegan a la televisión
o van a otras dimensiones de la industria audiovisual” sostiene Jaime Manrique,
director de Bogoshorts.
Existe una organización colombiana dedicada al desarrollo
y análisis de proyectos y productos audiovisuales que se llama Laboratorios
Black Velvet y que puntualmente trabaja en dos áreas. Un área de eventos, en el
que está el Festival de Cortos de Bogotá, –Bogoshorts Film Festival, nuevo
nombre del proceso de 10 años de In Vitro Visual- especialmente una plataforma
de promoción, exhibición y divulgación alternativa del proceso del cortometraje,
no solo de colombianos sino del cortometraje del mundo en Colombia.
Adicionalmente, tienen otra dimensión donde trabajan en
la promoción cinematográfica. En ese caso específico, la compañía comenzó con
el cortometraje, experimentando como deberían ser los lanzamientos de películas
de largometrajes. Por lo cual, el corto se volvió –lo que es para todos los
realizadores- el “conejillo de indias” desde el cual se prueba exactamente como
podrían funcionar las cosas en términos de promoción y también en términos de
difusión.
Es decir, para los directores el cortometraje es el lugar
donde prueban como puede ser su forma de narrar historias. Para el Laboratorio
Black Velvet, es el apoyo para entender la cadena de la industria cinematográfica.
Y para Bogoshorts Film Festival, es el puente de escuela, en el cual primero
que todo se dan a conocer, pero también en donde se visualiza la oportunidad de
generar otras propuestas, que sientan las bases del cine colombiano, teniendo
en cuenta que la aspiración en general para los realizadores es apuntarle al
largometraje.
Bogoshorts Film
Festival
Después de 10 años de proceso en el que In Vitro Visual
dio a conocer, exhibió y le abrió la ventana a muchos proyectos audiovisuales,
impulsando la carrera de jóvenes
realizadores mundialmente, la organización se transformó en lo que hoy se
conoce como Bogoshorts, el Festival de Cortos de Bogotá.
Para su onceava versión contará con el Bogoshorts
Sessions. Un escenario en donde actividades individuales de exhibición y
estrenos de cortometrajes, pero también, otros espacios, mucho más académicos,
tendrán cita. Todo con el objetivo de apoyar y reflexionar en torno a este
formato.
Otra de los espacios, aparte de las sesiones, será
Bogoshorts Magazine. Una revista digital trimestral, con artículos de críticos,
otros históricos, que incluirá un boletín mensual con noticias e información
pertinente. La condición sigue siendo la misma: impulsar nuevos talentos. Sin
duda, de este nuevo escenario seguirán brotando nuevas cosas.
Es decir, por este espacio han pasado varias propuestas
que empezaron como cortos y terminaron en largometrajes. Entre ellas están,
“Satanás”, “La Cara Oculta” y “Roa” de Andi Baiz. Del mismo modo, producciones
como “La Sombra del Caminante”, y “Los Viajes del Viento” de Ciro Guerra.
Con el cortometraje realmente lo que se hace es apuestas
a largo plazo. “En la medida en que el realizador se vincula con Bogoshorts,
apostamos por su cortometraje, lo movemos, lo tratamos de promocionar y dar a
conocer en festivales y los tratamos de enseñar en ventanas internacionales. Son
realmente muy bajas la posibilidades de venta pero al mismo tiempo estamos
intentado acompañar a ese director en su carrera cinematográfica” afirma
Manrique.
Cabe resaltar, que cuando los proyectos audiovisuales,
llegan al largometraje, es el momento en donde realmente se puede hablar de
presupuestos de otras dimensiones. Por tal motivo, lo que ha venido haciendo el
festival es un poco como, al mismo tiempo que riegan las semillas, al mismo
tiempo cosechan los frutos. Partiendo de la idea, que idea del cortometraje en
Colombia es poco apoyada.
Lo cierto es que el Festival de Cortos de Bogotá, se llevará a cabo del 5
al 11 de diciembre de 2013. La Convocatoria Nacional e Internacional está
abierta a los participantes desde el 1 de mayo y los requisitos podrán ser
consultados en www.bogoshorts.com.
“Los Retratos”
De otros procesos apoyados por Bogoshorts, han brotado
propuestas interesantes como el cortometraje: “Los retratos”. Una idea original
y realizada por Iván D. Gaona, que cuenta la historia de una mujer campesina que
se gana una cámara fotográfica. Sin tener dinero para comprar alimento a su
esposo, le propone tomarse fotografías, emocionándose con el tema, y olvidando
qué hacer para obtener el alimento.
Según su realizador, “es una historia muy sencilla, pero
la gracia está en ver una pareja pobre de abuelos con un aparato que es ajeno a
ellos. Es decir, una cámara en el campo tomando fotos. Es una historia muy
sencilla, de una Colombia en donde no se habla de problemas. Es decir el tema
central no son los problemas sino los problemas es el contexto”.
Esta producción ha participado en 42 festivales de cine y
los premios más destacados que ha ganado son: el Oscar Colombiano o los premio
Macondo. Premio al mejor corto del año, conseguido en el Festival Lakino en Berlín.
También ganó en Toulouse, Francia, en el Festival de Cine Latino. En Bruselas
ganó también otra mención. Y en un festival anual de cine en Houston, Texas,
ganó el Premio de Plata al Mejor Cortometraje Iberoamericano.
El último premio que ganó fue el Danzante, al mejor
cortometraje de la competencia Iberoamérica del Festival de Cine Huesca en
España. Lo interesante de este festival es que el cortometraje fue seleccionado
para los nominados a los Óscars 2014. “No quedó nominado sino que entra en el
ramillete en donde seleccionan a los nominados. Es decir que la propuesta
audiovisual de “Retratos”, posiblemente pueda estar en lo nominados 2014 al
Oscar, premio que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias
Cinematográficas de Estados Unidos.
¿El Desafío
Esencialmente es?
Para realizar un largometraje es como hacer una casa en
planos. La gente pone la plata y cuando se venda la casa, pues se divide la
ganancia. Pero, en los cortos no hay quién compre esa casa, y si la compran es
por cifras muy diminutas, por eso no es un negocio realmente. Para conseguir el
dinero, los realizadores, tienen acudir a estímulos públicos. Es decir, del
gobierno o de fondos privados que patrocinen la producción con el ánimo neto de
hacer películas.
El problema central en la realización de cortometrajes es
que éste es un producto que no tiene mucho mercadeo. De hecho, en Colombia el
mercado es cero. Y los rubros del Ministerio
de Cultura tienen claro un estimulo muy bajo. Es decir, el cortometraje exige
casi el mismo trabajo de un largometraje. Es el mismo compromiso, el mismo
equipo y el mismo desgaste. En resumidas cuentas es lo mismo, pero la
diferencia es que no se va a ganar plata.
Hay muchos lugares en Europa, en donde la gente se
concentra en hacer cortometrajes. Si se pone en comparación, hacer cortos es
como contar cuentos y los largometrajes son como narrar novelas. Hay escritores
que se dedican solamente al cuento. No es siempre una finalidad sino que
también es una razón de ser. Una razón de ser, que es muy apoyada pues el arte
y la cultura son vistos desde otra mirada.
Para nadie es duda que en Colombia, el cortometraje es un
formato poco apoyado. De allí, que rubro destinado sea exiguo. El desafío
esencialmente es que existan más apoyo institucional y privado, pero también
que hayan más ventanas de exhibición. En esto último, “yo creo que eso tiene
que ver mucho con el desarrollo tecnológico. En la medida en que existan
posibilidades como el desarrollo de las plataformas móviles y la distribución
en celulares del producto, poder llegar a ese tipo de ventanas es lo que
resulta más interesante para el cortometraje. El desafío esencialmente es
encontrar más apoyo económico, pero también mejores y más ventanas de
distribución” afirma Manrique.
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